lunes, 14 de diciembre de 2015



Mi abuelo cuando tenía 9 años empezó a trabajar porque en sus tiempos estudiar no era una obligación como ahora, en cambio comer era una necesidad, entonces se fue a trabajar a unas plataneras de un pueblo cercano a 20KM ida y vuelta todos los días 6 veces en semana, pero también gracias a este sacrificio conoció a mi abuela y se casaron con 16 años.


La anécdota en cuestión es que con sacrificio, constancia y perseverancia aparecen las cosas buenas.

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