Mi abuelo Gregorio emigró a Cuba en busca de una vida mejor para él y su esposa, mi abuela Leocadia.Cuando llegó a Cuba, trabajó cortando caña de azúcar en el campo.
Cuando reunió un poco de dinero, mandó a buscar a Canarias a mi abuela.
En Cuba, nacieron un par de hijos, entre ellos mi padre, que se llamaba como él: Gregorio.Estuvieron hasta que mi padre cumplió los 16 años.
Regresaron a Canarias y aquí nacieron otros hijos, hasta completar los 12.
Mi abuelo siguió trabajando para poder sacar a sus hijos adelante.Trabajó tanto que se enfermo de los nervios, y terminó por quitarse la vida.Esto sucedió cuando mi padre era todavía muy joven .Tuvieron mis tíos y mi padre que irse de la escuela para poder trabajar y ayudar a mi abuela. Nunca llegaron a aprender a leer y solo sabían firmar.
Felicia Hernández (Arafo)
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